Los chipriotas han amanecido esta mañana con el anuncio de la intervención de sus cuentas bancarias, comúnmente conocida como corralito, tras cerrarse de madrugada los acuerdos entre el Eurogrupo y el FMI sobre las condiciones del rescate de Chipre, el quinto de la Eurozona desde que estalló la crisis.
El acuerdo, que ha costado diez horas de negociaciones para ser alcanzado, fija la cifra del rescate en 10.000 millones de euros, por debajo de los 17.000 millones en los que se valoraba hace unos meses (el equivalente al total del PIB chipriota). Esta reducción de la cantidad de millones de euros no saldrá de otro sitio que del bolsillo de los ahorradores: un impuesto que supone una quita en los depósitos de los chipriotas, de modo que los ciudadanos quedan obligados a ceder una parte del dinero de todas sus cuentas bancarias mediante una tasa que se pagará de una sola vez y que supondrá el 9.99% para las cuentas superiores a 100.000 euros y el 6.75% de las que no superen esa cantidad. El ministro de Finanzas de Chipre, Michalis Sarris, ha asegurado a los chipriotas que a cambio recibirán acciones de las entidades financieras por el valor del dinero sustraído.