El secretario general de Sanidad, Rubén Moreno, ha informado hoy en rueda de prensa que tan solo entre 5.000 y 6.000 enfermos de Hepatitis C recibirán en 2015 en España los medicamentos para combatir eficazmente su enfermedad.
Esta cifra aproximada de algunos miles de afectados favorecidos, aportada por el Ministerio de Sanidad, corresponde a los pacientes que, según este, han de ser tratados de forma inmediata, lo que supone tan solo un 10% de los enfermos diagnosticados en nuestro país, que ascienden hasta la cifra de 50.000, más las 480.000 personas que se calcula están infectadas por el virus.
Tras la reunión mantenida por Moreno con el director de Farmacia, Agustín Rivero, y la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Belén Crespo, el secretario general de Sanidad ha anunciado que los fármacos que subvencionará el Gobierno contra esta enfermedad serán tres: Simeprevir, Sofosbuvir y Daclatasvir, y que se creará un registro de los pacientes tratados para evaluar la eficacia de los medicamentos en la práctica clínica.
Un delito contra la salud pública
La asociación El Defensor del Paciente ha presentado también hoy una denuncia en el juzgado contra el Ministerio de Sanidad por negar a los enfermos el acceso a los nuevos tratamientos efectivos contra la Hepatitis C.
Según la asociación, el Ministerio podría estar incurriendo en un delito contra la salud pública por poner en peligro la salud de los enfermos afectados, según los artículos 359 y 363 del Código Penal.
En la denuncia, El Defensor del Paciente acusa a Sanidad de negar los fármacos existentes de nueva generación para curar la enfermedad “de forma reiterada”, lo que “supone un peligro para la salud y la vida de las personas” con el conocimiento del Ministerio y del Gobierno.
Con respecto a los pacientes, la asociación asegura que continúan “muriendo un número indeterminado sin habérseles dado la oportunidad de tomar el fármaco”, a pesar de que Sanidad ha autorizado la financiación de los nuevos medicamentos, mientras que parece que el departamento que ahora dirige Alfonso Alonso “solo ponga dificultades para darlo [el medicamento] por el gasto que pueda suponer, sin pensar que la vida no tiene precio”.