Un parlamentario del Likud del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha afirmado que «no quedan inocentes» en el norte de la Franja de Gaza y ha recalcado que «todo el que se quede allí debe ser eliminado», en medio de la ofensiva lanzada contra el enclave tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Nisim Vaturi, quien ya provocó una intensa polémica en diciembre tras decir que Gaza debía ser «quemada», ha dicho este miércoles en una entrevista concedida a la emisora Kol Barama que «se reafirma en sus declaraciones» y que «es mejor derribar edificios que tener soldados heridos».
«Hemos evacuado a todos (del norte de Gaza). Hemos logrado llevar a cabo una evacuación ordenada de 1,9 millones de personas y 100.000 se han quedado», ha señalado, en el marco de las denuncias sobre un desplazamiento forzoso de población hacia el sur del enclave a causa de la ofensiva, centrada en las primeras semanas en la parte norte de Gaza.
Asimismo, ha incidido en que «no cree que queden inocentes» en esta zona de la Franja. «Quedan allí 100.000 personas. Si hubiera inocentes, lo sabríamos. Quien esté allí debe ser eliminado. Punto. Ni siquiera tengo dudas sobre ello», ha manifestado, según ha recogido el diario israelí ‘Haaretz’.
«Vimos a una persona con discapacidad y muletas que entró (en Israel durante los ataques ejecutados por Hamás) y robó, secuestró y golpeó a judíos», ha recalcado Vaturi. «No tengo piedad por esta gente, y ciertamente no la tengo en una guerra en la que caen soldados por defender la patria», ha argumentado.
Por otra parte, ha dicho que las autoridades deben sentirse «privilegiadas» por la demanda presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por «afirmaciones», «mientras Hamás asesina a niños y mujeres e Israel sólo intenta defenderse como nación».
Sudáfrica sostuvo en su petición a la CIJ que «Israel ha participado, está participando y corre el riesgo de seguir cometiendo actos genocidas contra el pueblo palestino en Gaza», mientras que el Gobierno israelí adelantó que apelará ante este «absurdo libelo de sangre».