Los escraches no son solo cosa de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas. Ayer 20 de julio la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, se topó con un escrache durante una visita oficial a Perú. Cuando se disponía a inaugurar la nueva sede del grupo empresarial ACS (Actividades de Construcción y Servicios) en Lima.
La vicepresidenta acudió al acto acompañada por el empresario Florentino Pérez, actual presidente de ACS y del Real Madrid. Los manifestantes les recibieron al grito de “corruptos”, “ladrones” y “sinvergüenzas”.
Tras estas consignas, los participantes aprovecharon para demandar la libertad de Carlos Cano, el joven del 15M que entró en prisión recientemente por participar en un piquete no violento durante la huelga general de 2012. La protesta fue organizada por la Marea Granate, un colectivo formado por españoles que se han visto forzados a emigrar a raíz de la crisis y la ausencia de políticas enfocadas a reducir el desempleo.
Sus integrantes evidenciaron la falta de eficacia del Gobierno de Rajoy al recordar que “todavía hay seis millones de personas sin trabajo”. Asimismo, aprovecharon para defender y reclamar un modelo sanitario “universal para todas las personas”. No es la primera vez que un grupo de ciudadanos le pide explicaciones a la vicepresidenta en plena calle, el 5 de abril del año pasado la PAH ya realizó un escrache a las puertas de su casa en el marco de la campaña de la ILP presentada por la plataforma en el Congreso, que exigía la dación en pago retroactiva, pero que fue rechazada por el Partido Popular en la Cámara, a pesar del apoyo mayoritario de la sociedad.