El personal sanitario del Hospital Carlos III no ha recibido bien la visita de este viernes del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a su centro de trabajo, al que acudido, según él, para expresar su respaldo y transmitir su “cariño y afecto” a los profesionales del hospital donde se encuentra la auxiliar de clínica aquejada de ébola.
Sin embargo, los trabajadores del Hospital Carlos III de Madrid han despedido a Mariano Rajoy y al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, lanzándoles guantes de látex a los coches tras la visita al centro donde permanece ingresada Teresa Romero, la enferma de ébola, mostrando así su rechazo a cómo el Gobierno está gestionando la situación de emergencia.
Indignación por el intento de culpabilizar a la enferma
Al grito de ‘cobardes’ y ‘sinvergüenzas’, algunos trabajadores con sus uniformes se han acercado a los coches oficiales al acabar la breve comparecencia de Rajoy ante los medios para gritarles y lanzarles los guantes.
Otros han cogido este material y se lo han rozado por la cara, un gesto que ha sido interpretado como un mensaje de apoyo a la enfermera ingresada, después de que reconociera que a lo mejor se había podido contagiar al pasarse la cara cuando se estaba quitando el traje de protección, unas declaraciones que rápidamente utilizó el Gobierno para achacar a la enferma la responsabilidad del contagio.
El personal del Hospital madrileño ha mostrado así su rechazo a la gestión de la crisis por el Gobierno que ha culpado a Teresa Romero de haber contraído la enfermedad.
Durante todo el día, la mayoría de los trabajadores que han accedido a hablar con los medios dudaban de esta versión ofrecida por los doctores del hospital y el consejero de Sanidad de la Comunidad, Javier Rodríguez. (Postdigital/Agencias)