“Si vas a hacer un artículo del Évole, ponle que me ha hecho sufrir muchísimo, que yo estaba en Valencia corriendo entre medias de los tanques, voy a tomarme un orfidal…”
Fueron las últimas palabras de mi señora madre al teléfono anoche, cuando devolví su llamada tras ver, tarde ya en la pantalla del móvil, los múltiples e infructuosos intentos de la buena mujer para contactar conmigo a lo largo de la retransmisión de la particular ‘Guerra de los mundos’, a lo Berlanga y retrospectiva, con la que Jordi Évole martirizaba a media España.