Al término del mismo, según el fiscal Javier García Fernández, al que no le constan antecedentes penales, se dirigió a Don Felipe y, «a una distancia del Rey que le permitía ser escuchado por éste, no más de diez metros», le gritó los mencionados insultos.
El Ministerio Público considera que estos hechos son constitutivos de un «delito de injurias al Rey» y por ello solicita imponer al acusado una pena de un año de cárcel.