Esta mañana la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha presentado el informe de autoevaluación de la reforma laboral en su comparecencia a petición propia en la Comisión de Empleo en el Congreso, donde ha anunciado nuevas medidas, como la reducción drástica de los tipos de contrato de trabajo, que pasarán de 41 a sólo 5 modalidades. Los modelos de contrato que se mantienen son el indefinido, el temporal, el de relevo, el de prácticas y el contrato de formación y aprendizaje.
El Gobierno justifica la medida basándose en que la variedad de modalidades de contrato suponen “una barrera para el pequeño empresario a la hora de contratar” por el “complejo” sistema de bonificaciones existente, y ha asegurado que el plan está muy avanzado y que se entrevistará próximamente con los sindicatos.
Con respecto al balance general de la reforma laboral impuesta por el Gobierno del Partido Popular, la ministra se ha mostrado muy satisfecha con los optimistas datos incluidos en el informe de autoevaluación de la reforma, de la que aún espera que tenga efectos positivos en la economía, y considera que “sin estar bien, estamos mucho mejor que el año pasado”. Aunque ha reconocido que España aún se encuentra en recesión, ha tenido palabras críticas para quienes, según ella, “querían convertir la reforma laboral en la raíz de todos los males futuros de la economía española” con sus “visiones agoreras” de una reforma que, a día de hoy, no llega a contentar ni a los sindicatos ni a los empresarios, que continúan pidiendo despidos más baratos, sueldos más bajos y una simplificación de la negociación colectiva.
Los grupos de la oposición en general han expresado su descontento con el informe presentado por la ministra, que contempla sólo los datos que le son favorables. Para la portavoz del PSOE, María Concepción Gutiérrez, el informe está “muy alejado de la realidad y ha sido elaborado desde alguna burbuja”, mientras que para Joan Coscubiela, de Izquierda Plural, se trata directamente de una “manipulación de la realidad inadmisible” que no persigue otra cosa que una “propaganda” basada en “mentiras” que se ha presentado “tarde y mal”, con “escasa voluntad de convertir el balance de la reforma en una cosa seria”.
Los datos aportados por la oposición, mucho más pesimistas, desmontan la supuesta mejoría de la situación laboral planteada por Báñez, e inciden en las cifras de 600.000 desempleados más y 800.000 ocupados menos desde la entrada en vigor de la reforma laboral, que no ha podido frenar el incremento del paro, que ya alcanza en 2013 el 26’2% de la población activa frente al 22’11% del año 2011 cuando el PP llegó al Gobierno.
Los despidos anuales producidos desde la reforma laboral superan con creces los que se dieron en 2009, el año más duro de la crisis. El aumento de personas paradas sin cobertura por desempleo llega a la cifra de 3.000.000 mientras que el plan PREPARA, que en 2010 cubría a 30.000 desempleados ahora no llega a los 10.000. Sin embargo, los recursos invertidos en formación y políticas activas de empleo se han reducido un 50%.
Según los datos de Fátima Báñez, se ha producido una mejora de 2 puntos en la tasa de temporalidad, sin embargo, según Coscubiela, esta mejora sólo obedece a la destrucción de la tasa del empleo temporal y no al aumento de la contratación indefinida, pero el PP “esconde los datos” de que el nivel de destrucción de empleo se mantiene a un ritmo anual del 5’7%. La única contratación que ha crecido ha sido la de los “spanish minijobs”, destinados en su mayoría a mujeres que sólo aceptan ese tipo de contrato porque no tienen otra posibilidad
Báñez ha apoyado su optimismo en la exportación, considerando que “si el modelo está funcionando para el sector exportador, que ha sabido aprovechar sus ventajas, cuando la economía recupere la normalidad las ventajas se extenderán a la economía general». Sin embargo, la exportación no ha sufrido en absoluto las consecuencias de la crisis desde su inicio, manteniéndose en altos niveles, por lo que la reforma laboral difícilmente podría haberle influido positivamente.
En el informe presentado por la ministra la “movilidad exterior” o emigración apenas existe porque considera que los datos de migración de jóvenes de entre 15 y 25 años no son significativos, pasando por alto así los datos verdaderamente relevantes, que son los de la población migrante de entre 25 y 35 años, las personas con alta cualificación que abandonan España. Además, Báñez añade que los flujos migratorios sólo responden al retorno de los inmigrantes extranjeros a sus países de origen, sin mentar que este retorno se produce por la dificultad para mantener o encontrar un empleo en este país.
Para la ministra de Empleo, con esta reforma “se ha instaurado un nuevo modelo de relaciones laborales”. Para el PSOE, no sólo no se ha generado nada nuevo sino que, destruyendo el marco constitucional, se ha regresado al modelo decimonónico al recuperar la unilateralidad del empresario en la toma de decisiones en las relaciones laborales.