“Un exiguo bocadillo de apenas 12 centímetros de longitud” y algo de agua es el avituallamiento preparado por la Junta de Castilla y León para el personal de extinción de incendios que durante 18 horas se jugó la vida luchando contra el fuego desatado el pasado domingo en la región burgalesa de Castañares, denuncia el sindicato CGT, que considera la actuación de la consejería de Medio Ambiente como “rácana y roñosa”.
Según el delegado sindical Miguel Álvarez, el incendio, que se declaró a las 15 horas del día 7 de agosto, se propagó con velocidad debido a las condiciones meteorológicas de fuerte viento y altas temperaturas, poniendo en peligro diversas urbanizaciones que lograron ser salvadas gracias a la buena actuación de las personas que participaron en la extinción del fuego, pero, a la hora del avituallamiento, coordinado por los técnicos de la Junta, el personal de extinción comprobó que el único alimento que se les proporcionaba era ese “mínimo bocadillo” con el que tenían que aguantar hasta las 8 horas de la mañana siguiente, en guardia toda la noche, para evitar un rebrote del incendio.
“Tras diferentes protestas por el escaso avituallamiento, unas horas después se les facilitó otro bocadillo, de similares dimensiones, y dos piezas de fruta”, señala CGT, que denuncia que esta forma de actuar por parte de la Administración “es la habitual, dado que pasa con bastante frecuencia que el avituallamiento del personal que participa en una extinción de incendios es escaso y de mala calidad, siendo el avituallamiento mínimo acordado de dos bocadillos, dos piezas de fruta y dos litros de agua, para reponer las extenuadas fuerzas gastadas por el gran esfuerzo físico y mental al que están sometidos”.