Francisco Correa, considerado uno de los cabecillas de la trama Gürtel, ha afirmado hoy que en este caso «no existe tanta corrupción» y que todo es «un montaje», mientras que Álvaro Pérez «el Bigotes», otro de los supuestos líderes del entramado, ha prometido que contará «la cara B» de este asunto.
Según Correa, esta trama es «un montaje para hacer daño a un partido por otro partido a través de nuestro trasero» y ha defendido que los trabajadores de Orange Market «son personas honradas, normales» y sin antecedentes penales.
Ha asegurado que las cosas no son como dicen y que ni él ni sus socios son delincuentes, sino profesionales del «marketing», y su «desgracia» fue llegar a trabajar para un partido (en alusión al PP) y emplear «la misma estrategia comercial» que utilizaba en las multinacionales para las que había trabajado.
Álvaro Pérez, por su parte, ha dado su «palabra de honor» de que algún día acudirá a Les Corts Valencianes o a Valencia a dar una explicación sobre el caso Gürtel, para que se escuche «la cara B del disco», pues, a veces, ha dicho, «es mucho mejor que la cara A».
«Muchos ciudadanos de la Comunitat Valenciana y de España solo han escuchado una cara del disco, pero hay muchas más caras, y no son todos los que son, ni están todos los que deben estar ni son los que deben estar», ha afirmado.
El único que se ha mantenido fiel a su decisión de no declarar ha sido Pablo Crespo, quien ha informado de que está incurso «en unas nueve causas judiciales pendientes de enjuiciamiento» y que cualquier cosa que pudiera declarar en esta comisión podría perjudicar a su derecho de defensa.
No obstante, ha dicho que «en su momento» estará encantado de ponerse a disposición de los parlamentarios valencianos para decirles cuanto quieran y él pueda explicar sobre el objeto de la investigación que llevan a cabo.
Crespo ha señalado que su decisión de no declarar no está relacionada con el temor a las consecuencias jurídicas, sino con «una adecuada modulación del derecho de defensa», y ha considerado que su presunción de inocencia, conforme a lo que dice la Constitución Española, «está incólume».