Una mujer dependiente, que este viernes decidió encadenarse a las verjas de la sede del Palau de la Generalitat, ha pasado la noche acompañada por familiares y otros dependientes, y sigue dispuesta a mantener su protesta hasta que sea atendida por las autoridades.
Elvira Murcia, de 41 años, está postrada en silla de ruedas debido a la enfermedad que padece desde el nacimiento, osteogénesis imperfecta, comúnmente llamada «huesos de cristal».
En su primera noche de protesta, según ha relatado, no ha tenido frío en el cuerpo gracias a la ropa de abrigo y una manta que la cubría. Ha estado acompañada por su madre, otra dependiente en silla de ruedas -a quien tambien han negado la ayuda de dependencia-, una amiga y miembros de la Plataforma en Defensa de la Ley.
En declaraciones de Elvira, se ha encandenado para ver si los gobernantes «les hacen caso» y para ver si «paran ya con las mentiras» porque «sí que tienen dinero para otras cosas».
Elvira no confía, sabe que queda mucho para que sea atendida por el president de la Generalitat, Alberto Fabra, o la consellera de Bienestar Social, con quienes quiere reunirse porque son los que «tienen que dar explicaciones y respuestas concretas, y comprometerse por escrito» para solucionar los impagos al colectivo de dependientes.
Los dependientes han iniciado una recogida de firmas en apoyo a sus reivindicaciones y en contra «de los recortes». Denuncian el retraso de tres meses en el pago de las ayudas a la dependencia, que en el caso de Elvira Murcia se elevan a 286 euros al mes. «Desde agosto no nos han pagado, ha afirmado la afectada.