El Gobierno ha aprobado este viernes el proyecto de Ley del Impuesto sobre las Transacciones Financieras, que grava la compra de acciones de grandes empresas españolas y con el que espera recaudar 850 millones de euros.
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El intermediario financiero será el encargado de liquidar el impuesto, con independencia de si actúa por cuenta propia o de terceros y sin tener en cuenta la residencia de las personas o entidades que intervengan en la operación.
Beneficios entre 420 y 850 millones
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En Italia se grava a las acciones e instrumentos financieros emitidos por compañías italianas con una capitalización de, al menos, 500 millones con un 0,1% -0,2% para las operaciones «over the counter (OTC)» o bilatelares-.
Por su parte, Bélgica y Grecia también tienen un impuesto similar al español. En el Reino Unido funciona desde hace décadas el denominado «stamp duty», que grava con un 0,5 % la compra de acciones, el ejercicio de opciones sobre acciones o contratos de futuros.
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