Por lo que respecta a la rentabilidad, el rendimiento medio de estas doce sociedades el pasado año fue del 6,6 %, frente al 4,34 % del ejercicio anterior.
Los más ricos no solo han batido su propia marca sino que han sabido esquivar la mala racha que atraviesa la bolsa española, cuyo principal indicador, el IBEX 35, se dejó en 2016 un 2,01 % y sumó dos ejercicios consecutivos con pérdidas.
Tampoco los fondos de inversión o los planes de pensiones pueden competir con la evolución de estas sociedades de inversión, ya que su rentabilidad media anual fue en 2016 del 1,14 % y del 1,8 %, respectivamente, según los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).
Una sicav o sociedad de inversión de capital variable es un instrumento utilizado principalmente por las grandes fortunas porque les permite invertir parte de su dinero y diferir el pago de impuestos gracias a la creación de una sociedad anónima destinada únicamente a invertir en activos financieros.
En primera posición por tamaño figura Torrenova, propiedad de la familia March, con más de 1.300 millones de euros y una revalorización del 2,06 %.
A continuación se sitúan Morinvest, que gestiona BBVA y es la depositaria de activos de la empresaria Alicia Koplowitz, con 542,7 millones de euros y una revalorización del 2,68 %, y Elitia -antes Agrippa-, vehículo de inversión de la familia Gallardo Ballart, propietarios de la farmacéutica Almirall, que se revalorizó un 6,45 % con 389,6 millones de euros gestionados.