Pocas cosas tan manifiestamente mezquinas se han visto en el tablero de juego de los partidos políticos de este país en los últimos tiempos, ya que, si bien se han dado movimientos más que reprobables por parte del Partido Popular para asegurarse su continuidad en el poder, como la jugada de Cospedal en Castilla-La Mancha y su reciente repetición en Murcia, o el intento de cambiar la ley electoral de manera que los alcaldes sean elegidos de entre los grupos más votados, en estos casos el PP ha bailado dentro de una supuesta legitimidad dentro del sistema y hasta se ha atrevido a maquillarlo de «regeneración democrática».
Pero en esta ocasión hasta el subterfugio ideado como excusa a un comportamiento tan poco o nada justificable, si no es desde la más maquiavélica intención de dañar directamente al oponente, resulta del todo rocambolesco y miserable.
El caso, que ya ha revolucionado las redes sociales, ha sido publicado por el diario levantino Valencia Plaza, que informaba hoy del paso dado por un asesor del PP del Ayuntamiento de Valencia para registrar oficialmente las marcas Guanyem Valencia y Guanyem Barcelona, incluido su ya muy conocido logo espiral sobre fondo rojo que la candidatura ciudadana impulsada por Ada Colau ha venido utilizando desde hace meses.
El asesor en cuestión es Luis Salom, quien ha procedido al registro este mismo miércoles pagando 121 euros por el copy-right de cada una de las marcas en la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria bajo la clase Niza 16, que corresponde a productos y servicios de papelería, imprenta, fotografía, etc., muy usados en la propaganda electoral. La marca registrada por este asesor del PP ya aparece en la web de la Oficina Española de Patentes.
La alevosía es evidente, ya que el mismo Salom habría reconocido a Valencia Plaza que «esta circunstancia podría dificultar la presentación de esta candidatura, al menos tal y como se había dado a conocer, de cara a las próximas elecciones locales que deben celebrarse en 2015».
Es más, dado que aún no existe oficialmente una candidatura bajo el sello Guanyem Valencia, se puede inferir que la jugada pretende evitar que una candidatura ciudadana del estilo de la barcelonesa se pueda dar en la ciudad con ese nombre, tal y como ya está surgiendo con el distintivo ‘Ganemos’ en otras muchas ciudades de España.
La respuesta de Guanyem no se ha hecho esperar y era del todo previsible, algo que hace cuestionarse aún más por qué el PP valenciano ha decidido optar por esta artimaña. Guanyem Barcelona, lógico, ya ha anunciado oficialmente que iniciará en breve acciones legales contra esta «política de cloaca», propia de «quienes están dispuestos a cualquier cosa para seguir donde están, sin el más mínimo respeto a las nuevas iniciativas ciudadanas».
El partido de la activista de la PAH Ada Colau ha querido tranquilizar a sus simpatizantes informándoles de que el logotipo de Guanyem Barcelona está protegido por derechos de propiedad intelectual y de que «su utilización en el tráfico jurídico y mercantil sin autorización, mediante una burda manipulación, constituye un ilícito penal».
«Registro fraudulento», «mamarrachada», «prepotencia», «violencia contra la soberanía popular», son los calificativos que el comunicado de Guanyem Barcelona dedica a la jugarreta del asesor del PP valenciano.
Para más circo, Luis Salom ha decidido también emitir hoy un comunicado confirmando el registro de las marcas y anunciando que renunciará a ellas «de forma totalmente gratuita» con la condición de que tanto Ada Colau como Pablo Iglesias –líder de la formación Podemos, que planea concurrir a los comicios en Barcelona conjuntamente con Guanyem–, donen cada uno 10.000 euros a la organización ‘Sant Joan de Déu’, una entidad religiosa perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Valencia que rige un albergue para personas desfavorecidas. Los ojos como platos.
Según Salom, su intención mediante el registro era la de dar «un toque de atención a aquellos que creen que son los que mejor preparados están para gobernar las instituciones, pero descuidan un detalle básico como el registro de una marca». Su intención respecto a la donación del dinero dice partir de los anuncios de Pablo Iglesias de entregar parte de su sueldo en el Parlamento Europeo a organizaciones sociales. Para el asesor del PP, el sueldo del europarlamentario debería ir a parar a la Iglesia Católica a cambio de devolver la marca robada a una formación política diferente de Podemos.
Un absurdo chantaje del que Luis Salom se atreve incluso a alardear en las redes sociales.
Amiga @AdaColau @guanyem ¿cómo vamos de espíritu solidario? 😉
— Luis Salom Andrés ن (@LuisSalom) septiembre 4, 2014
Pinta más bien a que con esta baja maniobra el toque de atención lo han recibido los ciudadanos, otra vez, con respecto al Partido Popular: ¿qué tipo de asesores contratan y pagan con dinero público, qué asesoría de valor puede ofrecer semejante personaje al Ayuntamiento de Valencia?
Y no parece que la cosa vaya a quedar ahí. Está por ver si el Partido Popular se desvinculará en breve de los actos de su asesor para proceder a un lavado de su imagen de partido, muy ajada ya tras tanta «degeneración democrática» de los últimos tiempos, o si, por el contrario, le apoyará en su versión del «toque de atención». Mientras tanto, vuelven a darnos morralla para que, entre payasada y payasada, la atención pública se despiste de los temas verdaderamente importantes de la agenda del Gobierno que se decidirán este otoño.