DEJAN ZONAS AL «DESCUBIERTO»
«Nosotros marchamos para Pontevedra y otros compañeros están marchando para A Coruña, así que dejas Lugo descubierto», advierte, antes de mencionar también que la situación no es del todo mala en Ourense, y temiéndose por tanto lo peor en caso de que comiencen más incendios en esa provincia. «A ver si llueve y no se lastima nadie», reflexiona.
Como él, Luis Montenegro, brigadista del servicio público de la Xunta del distrito correspondiente a Vilalba, en la Terra Chá (Lugo), también está siendo desplazado estos días. De hecho, en la tarde de este jueves él y el resto de su brigada han sido llamados para acudir al gran incendio forestal que ha calcinado ya 500 hectáreas en Porto do Son (A Coruña), y que obligó a desalojar a unas 700 personas.
«Me han comentado que hay mucha descoordinación, y que están haciendo turnos de muchas horas sin agua ni bocadillos… Y con el calor que hace… No sé si es que no quieren gastar, o qué», explica.
«NINGÚN TIPO DE PREVISIÓN»
Desde Navia de Suarna (Lugo) hasta Soutomaior (Pontevedra), pero también a Vimianzo y Cee (Costa da Morte), se trasladó José Manuel López, también del servicio público de defensa contra incendios, de la Xunta.
Él expone que el caos es «total» y que el panorama le recuerda al de 2006: «Llegas y tienes empresas de todo tipo –Seaga, Tragsa, Natutecnia…–, brigadas de los ayuntamientos, la UME –unidad militar de emergencias–… Se supone que los que coordinan son los técnicos y los agentes, pero es un desastre», indica.
Al respecto, censura que no haya «ningún tipo de previsión, ni avituallamiento» y que hasta los equipos de comunicación son diferentes en función del organismo, lo que dificulta la coordinación. La maquinaria, critica, «tiene 20 años», y la que es nueva «no funciona como debería», pese a cumplir los requisitos técnicos.
López reprueba también la alta temporalidad entre los trabajadores, y brigadas que «en vez de ser de siete, son de tres», por encontrarse dos miembros de ella de descanso y uno de baja. Como sus colegas, concluye con resignación, y asevera que «este año, por desgracia, con el tiempo que hace y cómo está el monte en Galicia, es lo que toca».
(Agencias)