Cualquier madrileño puede presentar desde hace un año una propuesta para cambiar la ciudad que, si es refrendada por unas 26.000 personas -el 1% de madrileños mayores de 16 años- será sometida a votación vinculante.
Impulsado desde el área de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, el proyecto tiene un planteamiento similar al de las iniciativas legislativas populares y busca que las ideas de los ciudadanos se lleven a cabo si obtienen el apoyo mayoritario de los vecinos.
En los casos en los que la propuesta ciudadana sea de mucho calado se hará una consulta en los colegios electorales, aunque para ello es necesario que la alcaldesa solicite la consulta, el pleno la apruebe por mayoría y después la autorice el Gobierno central, lo que en esta primera consulta no va a suceder.
El Ayuntamiento será el garante de que el sistema funcione y no sea saboteado, pero no habrá tutela política de los procesos.
(Agencias)