Ante la imagen de la Dormición de la Virgen, que ha sido trasladada al inicio de la celebración en procesión hasta el presbiterio, ha señalado que en María «tenemos el gran signo de consolación y de la misericordia, de la victoria del amor, de la victoria del bien, de la victoria de Dios; ahí se nos abren las puertas de la gran esperanza».
«Siempre, a lo largo de la historia, el amor de Dios ha sido más fuerte que el mal, ha vencido al odio, la violencia, el querer eliminar a Dios, que no triunfa el egoísmo o la libertad omnímoda que sólo piensa en el propio interés sin respeto a la naturaleza, a lo que Dios quiere y ha establecido».
En la eucaristía, «celebramos la victoria de Dios, la participación en esa victoria de la resurrección como la Santísima Virgen María, como Reina de la misericordia en la que vemos el triunfo de la misericordia sobre los poderes del mal». «Esta es la gran lección de María, seguir su camino, dar nuestra vida», ha destacado.
Con el cardenal ha concelebrado el arzobispo de Maracaibo (Venezuela), monseñor Ubaldo Ramón Santana Sequera, que se encuentra visitando a sacerdotes de su diócesis actualmente en Valencia, y el cabildo de la Catedral. También ha intervenido la Coral catedralicia.
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