Tras abandonar el Fondo Monetario Internacional (FMI), a finales de 2007, Rato se incorporó en la primavera de 2008 a Criteria como presidente de su consejo asesor, así como consejero externo, conceptos por los que percibió una remuneración cercana a los 550.000 euros anuales.
Al mismo tiempo, Criteria decidió contratar a Arada, sociedad fundada a mediados de los años 80 por Rato junto con su exmujer y presidenta de Paradores, Ángeles Alarcó, para realizar servicios de secretaría externa para Rato.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil investigó los contratos entre Arada y Criteria en el convencimiento de que se trataba de pagos realizados «en realidad» a Rato, que éste no incluyó en sus declaraciones del IRPF, y que fue lo que motivó la comparecencia como investigados de los directivos de la entidad, posibles «cooperadores necesarios en la comisión del delito».