
Adolf Todó y Jaume Masana, la antigua cúpula de Catalunya Banc, recibirán 1,2 millones de euros de dinero de las arcas públicas en concepto de indemnización por “despidos improcedentes”. Así lo ha dictado el juzgado de lo Social número 8 de Barcelona, que considera que los despidos del expresidente del banco nacionalizado y su exconsejero delegado no fueron debidamente justificados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Tanto Todó como Masana tienen además una causa abierta por “administración desleal” y por haber recibido “cobros desproporcionados”, un delito por el que están imputados otros 50 miembros de lo que fuera Caixa Catalunya, ya que los sueldos que los directivos del banco cobraban se fueron incrementando, a pesar de la situación crítica de la entidad, a lo largo de los años 2009, 2010 y 2011.